Inicialmente,
debo decir que hablar de inclusión en el contexto educativo ha sido un tema
apasionante para mí. De hecho, con
frecuencia he encontrado en el aula de clase grupos de estudiantes con diversidad
de necesidades educativas. Debido a esto, me he cuestionado con frecuencia
sobre la pertinencia de las estrategias pedagógicas que aplico durante el
proceso de enseñanza-aprendizaje y si estas prácticas atienden adecuadamente
sus expectativas y son factores coadyuvantes de una formación que les permitirá
a los jóvenes abrirse caminos a nivel profesional y laboral. Por esta razón,
decidí ingresar al curso diversidad y aprendizaje. En esta clase, he vivido
experiencias enriquecedoras que definitivamente han originado un gran cambio de
enfoque en mi práctica docente en lo referido al aprendizaje, la diversidad y
la inclusión. Las cuales puntualizaré a través de los siguientes párrafos.
En primer lugar, debo reconocer mi desconocimiento respecto
al concepto vigente de educación inclusiva.
Antes del curso, consideraba que sólo eran susceptibles de ser incluidos
en las instituciones educativas los estudiantes con necesidades educativas especiales.
Ahora, manejo con mayor propiedad el concepto y reconozco que estaba
incurriendo en un gran error. Según el MEN (2017)
La educación inclusiva es aquella: en donde todos los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, según sus necesidades, intereses, posibilidades y expectativas, independientemente de su género, discapacidad, capacidad o talento excepcional, pertenencia étnica, posición política, ideología, visión del mundo, pertenencia a una comunidad o minoría lingüística, orientación sexual, credo religioso, lengua o cultura, asisten y participan de una educación en la que comparten con pares de su misma edad y reciben los apoyos que requieren para que su educación sea exitosa. (p.11).
En segundo lugar, consideraba que los niños con NEE debían asistir a instituciones especializadas y no a colegios tradicionales. Sin embargo, gracias a las charlas de las clases y a los textos trabajados en estos dos módulos, considero que la inclusión involucra a todos los estudiantes, que forman parte de un sistema que no excluye a nadie. Es así como, en actualidad puede hablarse de una verdadera inclusión educativa que atiende a la diversidad.
Dentro
de este marco, la diversidad según Muntaner (2010) es algo inevitable en la
escuela porque está presente en las instituciones educativas y por ende en los
salones de clase. El autor plantea que como
docentes y desde la lógica de la
heterogeneidad se deben reconocer, admitir y aceptar las diferencias como algo natural.
También, sugiere que se deben crear estrategias pedagógicas apropiadas que permitan
optimizar la capacidad del profesor para responder adecuadamente a esta
diversidad sin necesidad de categorizar ni clasificar a los alumnos. Afirmación
con la que estoy de acuerdo. A modo
personal, considero que
la diversidad es una realidad latente en nuestro contexto. De lo que se concluye
que, existe una inminente necesidad de formación e investigación sobre el tema
si lo queremos es brindar una formación adecuada a todos los estudiantes.
Por
otra parte, en lo referente al aprendizaje, Fernández (2003) dice que el plan
curricular debe pensar las formas de mediación pedagógica y los apoyos
necesarios para la atención de la diversidad. Por consiguiente, es relevante
involucrar el acompañamiento de profesionales y padres, así como como gestionar la capacitación
docente y la provisión de materiales
necesarios para este fin. En este sentido, considero que hay falencias a nivel
institucional.
Para
ser más precisos, a nivel nacional los maestros que tienen acceso a formación en
educación inclusiva son una minoría. De igual forma, son pocas las
instituciones educativas que cuentan con profesionales de apoyo para atender a los
estudiantes dentro del contexto de la diversidad. Lo anterior, se convierte en
un factor que genera sin lugar a duda, falencias a nivel de acompañamiento en
el proceso de aprendizaje de los jóvenes. En atención a lo expuesto, reitero mi
posición frente a la importancia de la formación docente como empoderadora de
profesionales capaces de atender a la diversidad del contexto educativo.
De
otro lado, Sternberg et al (2008) presentan el aprendizaje de la inteligencia
exitosa como la habilidad para conseguir el aprendizaje según estándares
individuales, Así como, explican que este proceso requiere de la valoración de
las habilidades de los niños, teniendo en cuenta que poseen múltiples perfiles
cognitivos. Conviene resaltar, que es ineludible proveer al docente con recursos
y estrategias pedagógicas que atiendan, eficazmente las necesidades y
diversidades de los jóvenes, principalmente a quienes no aprenden con las
metodologías habituales. En el mismo sentido, EDUCA DIGITAL (2015) subraya que el
docente debe ser creador de experiencias para optimizar su rol y trasformar su desempeño
en al aula. De esta forma, suplirá las múltiples necesidades de aprendizaje de
los estudiantes. Del mismo modo, Abellán (2010) ratifica que un cambio de
actitud docente y nuevas líneas de formación permiten responder a los retos a
nivel de educación que la actualidad nos exige como maestros responsables.
El
análisis precedente permite deducir que no se puede hablar de educación
inclusiva, sin hacer referencia a que la escuela es para todos.Esto
quiere decir, que en las escuelas la diversidad de necesidades de nuestros
estudiantes es un factor común. Para atender la diversidad es relevante
reconocer que los jóvenes tienen ritmos de aprendizaje diferentes y que cada
niño es único e irrepetible. En palabras de Fernández (2003) la escuela
inclusiva involucra niños diferentes que poseen dificultades y necesidades distintas
de aprendizaje y frecuentemente la abandonan cuando sus necesidades no son
atendidas. Esta afirmación es una preocupante realidad que como docentes
debemos repensar y modificar. De ello resulta
necesario admitir que las prácticas pedagógicas deben ser replanteadas, los docentes
tienen que ser diseñadores emprendedores de los "sistemas" escolares
y de las propias escuelas. EDUCA DIGITAL (2015).
Para continuar,
presento algunas experiencias significativas en el desarrollo del curso que me han
permitido reconocer con mayor propiedad diferentes situaciones que viven las
personas, lo que sienten y la manera de tratarlas sin que se sientan afectadas
emocionalmente. Entre ellas: 1. El caso de Sara, indagar el material
bibliográfico sugerido en las clases me ha ayudado a entender qué le sucede a
la estudiante. Al iniciar el año escolar sentí que no estaba preparada para
influir positivamente en su vida. La niña fue evaluada con una prueba cuyos
resultados determinaron un rango muy bajo de capacidad cognitiva y
retraso leve en su desarrollo. Igualmente, Sara tiene hemiparesia causada por
meningitis en su primer mes de vida. Pienso
relevante, compartir que antes la veía con ojos maternalistas, el trato que le
daba en clase era inadecuado, la protegía en exceso. Dado que, durante las
clases se han suscitado intervenciones tanto de docentes como de compañeros
conocedores del tema, mis prácticas pedagógicas se han encaminado adecuadamente.
2. El ejercicio en clase de discapacidad visual, me permitió apreciar lo que viven
las personas invidentes. También, cómo les gusta ser tratados y la forma de
guiarlos correctamente. A causa de
esto, recordé a Sebastián, joven que
tuve por fortuna como estudiante en mi clase hace varios años. Con toda
seguridad, puedo afirmar que de haber recibido formación relacionada con el
tema antes, hubiera influido mucho en su formación académica. En este sentido, hubiera podido recomendarle el uso de las dispositivos tecnológicos que conocí en las clases. No obstante, posiblemente llegarán a mi clase
estudiantes que podré acompañar en su proceso académico en forma apropiada
gracias a la formación que estoy recibiendo. 3. John estudiante de grado octavo
quien transcribe perfectamente pero no entiende lo que escribe. El estudiante,
no sabe leer. Desafortunadamente, en las reuniones de promoción y evaluación de
la institución, no se indaga sobre la forma de ayudarlo para reforzar sus potencialidades. Por consiguiente, no ha
habido procesos tendientes a involucrar a su familia, docentes y orientadora para
realizar el proceso que el joven requiere. En efecto, tampoco yo conocía el
camino a seguir en este caso. Ahora, conozco el Decreto 1421 de 2017 y el
proceso de atención que requiere el joven para ser apoyado por la escuela y su
familia. Es decir, el PIAR y los ajustes razonables, entre otros procesos. Por último, me referiré a Bryan, joven que padece de epilepsia y tiene un desempeño
académico bajo. No conocía la relación entre lo que sucede a nivel
neuronal en su cerebro y su proceso de aprendizaje. Ahora entiendo, las causas
de su bajo nivel cognitivo y soy conocedora de algunas estrategias pedagógicas
pertinentes para apoyarlo. Conviene subrayar, que relacioné tan solo algunos de
los casos que se presentan en mi contexto educativo.
Respecto a
las inquietudes que han surgido durante el curso puedo mencionar: ¿Cómo apoyar
a los estudiantes con bajo desempeño académico generado por situaciones de
violencia y desplazamiento?. ¿Cuál es
la forma de acompañar adecuadamente desde el rol docente a las niñas con
problemas de aprendizaje causados por estados depresivos relacionados con abuso
sexual? . ¿Es posible que desde mi práctica pedagógica pueda usar estrategias
para apoyar a estudiantes que están inmersos en el consumo de estupefacientes? ¿De qué forma se puede reconocer en el aula de clase a un estudiante que posee talentos excepcionales? ¿Qué prácticas pedagógicas son pertinentes para atenderlos? .
En síntesis,
la educación inclusiva es un proceso que requiere del trabajo conjunto de
padres de familia, docentes y profesionales de apoyo. Es evidente reconocer que
el docente puede convertirse en agente un empoderador del proceso de
aprendizaje de los estudiantes dentro del marco de la diversidad. Sin embargo,
no puede ser el único responsable del proceso. Sin el apoyo de los padres de
familia y profesionales especializados no se logrará una verdadera educación incluyente. !Es responsabilidad de todos!
Referencias
Abellán, R. M., de Haro Rodríguez, R., & Frutos, A. E. (2010). Una
aproximación a la educación inclusiva en España. Revista de educación inclusiva, 3(1), 149-164.
Educa digital, I. (2015). Design
Thinking para Educadores.
Fernández, A. (2003). Educación inclusiva: Enseñar y aprender entre la
diversidad. Revista digital UMBRAL, 13,
1-10.
MEN (2017). Orientaciones
para la transición educativa de los estudiantes con discapacidad y con
capacidades o talentos excepcionales en la educación inicial, básica y media.
Bogotá, Colombia.
Muntaner, J. J. (2010). De la integración a la inclusión: un nuevo
modelo educativo. Arnaiz, P.; Hurtado, Mª. D. y Soto, FJ (Coords.), 25, 1-24
TERNBERG, R., & GRIGORENKO, E., &
FERRANDO, M., & HERNÁNDEZ, D., & FERRÁNDIZ, C., & BERMEJO, R.
(2010). Enseñanza de la inteligencia exitosa para alumnos superdotados y
talentos. Revista Electrónica
Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 13 (1), 111-118
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